Frecuentemente escuchamos expresiones como
“quiero ser mi propio jefe”, “tener mi negocio”, “no quisiera rendirle cuentas
a nadie”. Sin embargo, hay que reconocer que, antes de emprender, lo más lógico
es tener noción de lo que implica ser dueño
de una empresa.
Pese a que existen numerosas historias de
éxito, la fórmula no siempre es la misma y es por ello que coincidimos en que,
antes de iniciar un negocio, desempeñarse como empleado en otra (u otras)
compañía (s) puede atraer diversas ventajas.
1)
Evitará
errores. Pues bien dicen que “más vale prevenir, que lamentar”.
El dicho aplica perfectamente ya que la experiencia obtenida funcionará para
tomar precauciones sobre ciertas situaciones que puedan dañar el negocio o,
incluso, llevarlo a la quiebra.
2)
Conocer
diversos modelos de negocio. Trabajar en diferentes
compañías facilita el conocimiento de varios modelos de negocio, así como, su
funcionamiento, beneficios y desventajas. Conocerlos permitirá al emprendedor
saber si son aplicables para su propio negocio.
3)
Tener
contactos. Al ser empleado las labores de intermediario son más
frecuentes, lo cual representa una ventaja para adquirir poco a poco una
cartera de clientes, proveedores, prospectos, etc., que pudieran ser de
utilidad a futuro.
4)
Escuchar
otros puntos de vista. Este punto es indispensable pues
consultar a la voz de la experiencia proporcionará una perspectiva distinta.
5) Aprendizaje.
Sobre todo porque al haber observado diferentes estrategias, modelos, prácticas
y demás, es posible optar por las que, con base en la experiencia adquirida,
sean más eficientes y conduzcan a un sistema laboral eficaz y productivo.
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