La ciencia ficción nos supera y las empresas que trabajan
en el desarrollo de tecnológicas como la robótica, inteligencia artificial o
internet de las cosas, tiene muy en cuenta todas las inquietudes que surgen.
Enunciadas por primera vez en Círculo vicioso,
un relato publicado en 1942, Isaac Asimov
plantea tres leyes de la robótica que también aplican a la inteligencia
artificial, que iniciaron como un relato de ciencia ficción o una película de
acción.
Surgen a manera de protección de los seres humanos, al
temor de vernos superados por nuestras creaciones; como código moral del robot,
ya que estos siempre deberán actuar bajo la autoridad de las siguientes leyes:
· Un robot no hará daño a
un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
· Un robot debe obedecer
las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en
conflicto con la primera ley.
· Un robot debe proteger su
propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con
la primera o la segunda ley.
A un primer nivel no presenta ningún problema dotar a los
robots con tales leyes, a fin de cuentas, son máquinas creadas por el hombre
para su ayuda en diversas tareas. La complejidad reside en que el robot pueda
distinguir cuáles son todas las situaciones que abarcan las tres leyes, o sea
poder deducirlas en el momento.
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